Han pasado seis meses y la Fernández sigue firme al timón de Titanic: exuberante, alucinada. Esta chica no me gusta. En realidad no me gustan las que llevan a cuestas el apellido de casadas anteponiéndole ese de tan lujurioso. Ya casi no quedan mujeres de. Las minas modernas se perteneces a sí mismas y no traicionan al padre. Lo cierto es que a Fernández le cuesta largar el Kirchner, y como es sabido este último tiene debilidad por la tribu de los Fernández.