Establecer la identidad de un personaje literario es un afán baladí que ensayo cuando no logro resistir la tentación. Se trata de un pasatiempo como cualquier otro. Quienes coleccionan sellos postales lo saben mejor que nadie. A mi las estampillas dejaron de interesarme cuando me di cuenta que las de San Marino tenían un valor inversamente proporcional a su atractivo. Hubo campos de experimentación. Un buen día descubrí la deconstrucción de personajes y desde entonces soy un aficionado. Bienvenidos al Conde Greppi.