Con frecuencia encuentro fotos que disparan recuerdos confusos. Cuando los recuerdos alcanzan cierto grado de certidumbre, de objetividad, de verdad histórica, pasan a convertirse en infamia. La historia está plagada de infamias, de recuerdos que nacen de una fotografía, de un relato. Juran haberlo vivido, y olvidan la fotografía. Esta carpeta, donde quiera que se aloje, guarda verdades a medias, imágenes confusas, muchas en blanco y negro, casi todas mías o prestadas. Entiendo que la historia es en gran medida eso. También lo que otros hacen con eso que nosotros le damos cocinado.