Probablemente esté dormido cuando las galeras entren a imprenta. Los diarios se cocinan de noche, los vuelos a los EE.UU, también. Entre los pocos que amanecen con el de ayer bajo el brazo están los que subieron a un avión en Bs.As. para desayunarse, digamos, en Nueva York. Los kollas aseguran que el alma viaja más despacio que el avión y que se demora en llegar. Me cuesta creerle a los kollas. En principio no tengo suficientes elementos al alcance para verificar la existencia del alma, tampoco su refutación.